Gracias a Francesc, tenemos una sorpresota...
Are you ready?
Os dejamos el inicio y el primer capítulo de ØBLIVIØN 2: Tormenta de estrellas.
* * *
Esto es el amor: volar hacia un cielo secreto,
hacer que cien velos caigan en cada momento,
dar un paso sin tener pies.
Rumi
hacer que cien velos caigan en cada momento,
dar un paso sin tener pies.
Rumi
GLØØM
El látigo invisible del viento azotaba la bahía como si quisiera borrarla del mapa. Sentado en la desolada playa que une Caleta de Sebo con Montaña Amarilla, reflexioné sobre todo lo que me había sucedido desde mi regreso.
Tras correr las aventuras más extrañas de mi vida y enamorarme por primera vez ―mi corazón deseaba que fuera la última―, una calma mortecina se había apoderado de mi vida. Hacía más de un mes de la carta de Ivonne. Desde entonces no había vuelto a saber de ella.
Al parecer, era por mi propia seguridad que no debía contactarla. Ahora que estaba protegido entre los míos, cualquier intento de salir de La Graciosa o de Lanzarote, donde iba al instituto entre semana, supondría un grave peligro para mí.
Miré abatido las aguas que me separaban de las montañas de la gran isla. Suspiré.
Vista desde fuera, mi vida no podía ir mejor. Mis padres me procuraban todo lo necesario y más, incluyendo una residencia en Lanzarote y cualquier libro o disco que pidiera por Internet. A cambio, no me hacían rendir cuentas de ningún tipo.
Raramente me preguntaban por el curso y, si el fin de semana me encerraba en mi habitación, mi padre me preguntaba si no estaba estudiando demasiado. Inaudito. Desde mi vuelta de la península, aquella ferretería que hacía de supermercado y kiosko parecía dar unos beneficios insólitos para una población de 600 habitantes.
Me había cansado de preguntar, sin éxito, de dónde salía el dinero que ahora nunca faltaba en casa.
En la residencia de la Haría, donde se encontraba el instituto de secundaria, compartía habitación con Rubén, un graciosero que me había adoptado. Me contaba hasta altas horas de la noche sus aventuras con toda clase de chicas de Lanzarote, incluyendo extranjeras de paso, a la vez que me animaba a salir con él «de caza».
Yo siempre me negaba.
Me callaba que estaba enamorado de una chica a la que tal vez jamás volvería a ver, ya que aquello habría despertado sus chanzas. Era más práctico adoptar el disfraz de empollón que tiembla ante la sola idea de que sus notas bajen del 9. Así había acabado por dejarme en paz. Se conformaba con que fuera el confidente de sus conquistas, que revivía con todo lujo de detalles en la oscuridad de la habitación.
Los viernes regresábamos juntos al islote en el ferry que zarpaba de Órzola. Como las gracioseras para él no tenían ningún interés, decía, nada más poner pie en Caleta le perdía felizmente de vista. Según Rubén, pasaba el fin de semana durmiendo, recuperando fuerzas para el lunes dar guerra entre las despistadas turistas que llegaban a la Haría, en el Valle de las Mil Palmeras.
En cuanto a mí, los fines de semana mis padres casi me obligaban a salir. El hecho de haber vivido en Madrid y Barcelona, aunque fuera fugazmente, me había convertido en una especie de héroe local. Cuando no íbamos en bicicleta a alguna playa lejana, los chicos me acribillaban a preguntas mientras jugábamos a las cartas en algún bar del puerto.
Les contaba bien poco, ya que aquel septiembre tan desconcertante no había vivido nada que pudiera considerarse normal. Por eso repetía siempre las mismas anécdotas sobre el colegio privado donde apenas había pasado unos días.
Les fascinaba, por ejemplo, que delante de mi pupitre hubiera dos rubias. Y eso que no sabían que una de ellas se me había declarado.
Ahora que octubre llegaba a su fin, en aquella costa desértica me dije que había perdido las ganas de vivir. Todo iba estupendamente, en apariencia, pero cada nuevo día sin noticias de Ivonne moría un poco más por dentro.
A mi desánimo no ayudaba que escuchara en mi iPod una y otra vez Gloomy Sunday, una canción popularizada por Billie Holiday que, al parecer, metía ideas peligrosas en la cabeza de los que la escuchaban.
La canción habla del domingo triste de alguien que ha perdido a su amada a quien ya nadie nunca podrá despertar.
...the black coach of
Sorrow has taken you
Angels have no thought
Of ever returning you
Would they be angry
If I thought of joining you?*
Sorrow has taken you
Angels have no thought
Of ever returning you
Would they be angry
If I thought of joining you?*
El final del estribillo, «Gloomy Sunday», no tiene un equivalente exacto en castellano. Gloom hace referencia a la oscuridad y la tristeza, al pesimismo y la desesperanza.
Un termino quizás intraducible, pero que aquel domingo definía a la perfección el estado de mi alma.
*El negro carruaje del / dolor se te ha llevado / Los ángeles no tienen intención de devolverte / ¿Se enfadarían conmigo / si yo pensara en unirme contigo?
/1ª Parte/
LOS FAROS DEL INFINITO
AVISTAMIENTOS
Quiero creer.
The X Files
El primer viernes de noviembre salí de clase sin sospechar que aquella amarga calma que me estaba matando pronto iba a terminar.
Los escalones blancos del instituto estaban llenos de estudiantes que bebían cerveza y fumaban, pese a estar estrictamente prohibido en el recinto. A las cinco de la tarde caía un sol de justicia. Mientras esperaba a Rubén para tomar juntos el bus a Órzola, me refugié bajo una de las palmeras que rodeaban las instalaciones.
Cerca de allí, una pareja se lo montaba sin remilgos.
Desvié la mirada hacia las verjas grises que encerraban el oasis educativo del norte de la isla. Al otro lado, una fila de coches esperaba para devolver a sus retoños al hogar otro fin de semana.
Rubén seguía sin aparecer. Me disponía ya a encaminarme solo hacia la parada de bus, cuando una pareja de clase me hicieron una señal para que les esperara. Iban de la mano, caminando muy lentamente. Se notaba que no dependían de aquel autobús que no tardaría en pasar.
Nunca había hablado con ellos, pero me había fijado desde el principio. Era difícil no verlos.
Él debía de medir metro noventa y era extremadamente esbelto. De cabellos morenos y piel bronceada, sus facciones rectilíneas recordaban a un maldito busto griego. Jamás le había visto alterarse.
Ella no le iba a la zaga. Sus cabellos castaños recogidos en una docena de rastas encuadraban unos ojos grises extrañamente grandes. Era un par de dedos más alta que yo, y su cuerpo provocaba suspiros entre todo el sector masculino. El mismo Rubén me había confesado una vez que cambiaría un año entero sin sexo por una sola noche con aquella diosa de curvas vertiginosas.
Recordé sus nombres, Ernesto y Petra, segundos antes de que se presentaran. Para mi sorpresa, sabían perfectamente quién era yo.
―Necesitamos tu ayuda ―dijo él mientras me estrechaba la mano con una formalidad fuera de lugar―. Porque eres de la Graciosa, ¿verdad?
―Vamos en busca de un guía ―sonrió ella mostrando una dentadura perfecta―. Te compensaremos por el tiempo que te haremos perder.
―No tenéis que pagarme nada. ¿Qué queréis saber?
―El camino a Montaña Amarilla ―dijo Petra―. Nos gustaría llegar a la cima.
―Son un par de horas de camino desde Caleta de Sebo. Tres a lo sumo. El lunes os traeré un mapa. Ahora tengo que tomar el bus.
Los enormes ojos de ella se aproximaron a los míos, como si quisieran succionar mi voluntad y mi alma.
―El lunes es demasiado tarde ―protestó―. Tiene que ser mañana a medianoche.
Sin entender de qué iba aquello, me disculpé antes de apresurarme hacia la parada de autobús, que estaba a punto de pasar. La pareja perfecta me siguió. Flanqueado por aquellas dos torres, solté una rápida parrafada para sacármelos de encima:
―No es tan difícil. Sólo tenéis que tomar el ferry desde Órzola. Una vez en la Graciosa, si recorréis el puerto de Caleta hacia la izquierda, donde terminan las últimas casas empieza la bahía del Salado. Luego pasaréis por la playa Francesa y finalmente la de la Cocina. Allí mismo está Montaña Amarilla, que no llega a los 200 metros de altura. Eso es pan comido para dos cachas como vosotros.
―Mil gracias por las indicaciones ―intervino Ernesto con irritante cordialidad―, pero nos encantaría que nos acompañases. Imagino que son caminos peligrosos para recorrerlos de noche sin un aborigen. ¿Qué podemos ofrecerte a cambio?
La guagua* a Órzola apareció, entre una nube de polvo, como mi salvación. Aproveché que en pocos segundos estaría subiendo para despachar a aquellos dos:
―Lo siento, tengo que estudiar todo el fin de semana. Además... ¿por qué queréis ir justamente a medianoche?
―Se han anunciado avistamientos ―dijo Petra con un brillo infantil en los ojos.
―Avistamientos... ―murmuré― ¿Te refieres a ovnis?
―Eso mismo, objetos volantes no identificados.
La puerta del bus se abrió con un chirrido y una docena de jóvenes pasajeros se metieron en tromba para ocupar los mejores asientos.
―No creo en eso ―dije para quitármelos de encima―. Mucha suerte. Si hacéis fotos, ya me las enseñáis el lunes.
Como toda respuesta, se limitaron a mirarme mientras la guagua arrancaba levantando una nueva nube de polvo. Permanecieron allí, como dos estatuas de sal, hasta que un volantazo del conductor me permitió perderlos de vista.
*Nombre que reciben los autobuses en las islas Canarias.
* * *
¡¡Se acabó por hoy!!
¿Se acabó por hoy? ¡¡NO!! Os dejamos un enlace a la primera canción que suena en Ø2 (sí, Mai y sus abreviaturas...)
Esperamos que os gusten los capítulos tanto como a nosotras.
¿Listos para la tormenta de estrellas?
Dos capítulos geniales, totalmente hechizantes. Desde la primera frase.
ResponderEliminar¡Bienvenida la tormenta de estrellas!
Y qué decir de la canción. No puedo parar de escucharla, y mi corazón llora lágrimas invisibles al mismo ritmo que la voz de Billie rasga el silencio...
"Sunday is gloomy, my hours are slumberless
Dearest, the shadows I live with are numberless...
Gloomiest Sunday, with shadows I spend it all
My heart and I have decided to end it all...
Dreaming, I was only dreaming
I wake and I find you asleep
in the deep of my heart, here...
My heart is telling you how much I wanted you."
Ay, el término Gloom, demasiado familiar.
Gracias infinitas a Francesc, por esta gran primicia y por sus mágicas palabras. Palabras que siempre saben tocar el corazón con viejos recuerdos. ;-)
¡Muchas gracias a vosotras, blogueras galácticas!
ResponderEliminarSi fuera posible aumentar un poco el cuerpo de la letra, algunos cegatos como yo leerán mejor el texto, pero también hay la solución de ampliarlo en con el teclado del ordenador (en el Mac, cmd +)
En cualquier caso, ¡mil gracias por este fantástico foro!
Para el próximo viernes... ¡otra sorpresa!
Besos mil
Mi chica ya se ha encargado de eso ;)
EliminarGracias, Francesc!
Aumentada la letra amigo! ¿Ahora qué tal?
ResponderEliminarEspero que así, todos lo vean mejor! xD
La canción es genial * . * menos mal que tenemos novedades como estas.
ResponderEliminarPoco a poco van pasando lo sdías y ya falta menos ^ ^
AHORA SE VE DE MARAVILLA!
ResponderEliminarxxxx F
Soy la única que se ha quedado con ganas de mas?xD
ResponderEliminarLa espera hasta noviembre va a ser eterna!! jajaja
Besos.
Dos capítulos geniales. Parece que Francesc va a seguir en su línea de que la segunda parte sea tan buena o más que la primera.
ResponderEliminarEstoy deseando saber lo que pasa en Montaña Amarilla, esos aliens tienen que ser bastante importantes para él.
Gracias por los capítulos a los tres. :)
Que buena pinta tiene O.o Gracias por la oportunidad! Y aquí me quedo, pensando en ovnis :)
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